Si es la primera vez que escuchas el nombre de este tipo de asiento, no te preocupes, en nuestro artículo te contaremos todo sobre este mueble, su papel en la sociedad, su versatilidad y como sus particularidades lo convirtieron en una pieza histórica.
Historia
El Sillón de la Conversión no es un asiento más. Al igual que sus congéneres, era una representación de su entorno, y como tal tenia una función importante. De forma imprecisa, su origen se sitúa entre fines del periodo Barroco y la era Victoriana.
Pero antes de comenzar a explicar su función, es imprescindible detenernos en su nombre. De la conversación, Confidente, Del cortejo, Tête-à-Tête, todas sus denominaciones hablan de la cercanía e intimidad de sus ocupantes, que según quienes fueran, le daban diferentes funciones a este sillón.
Por un lado, en su versión “de cortejo”, este asiento cumplía tenía la finalidad de reunir a dos personas, pretendientes o novios, para que pudieran conversar evitando el contacto físico, gracias a la estratégica disposición de sus asientos, en forma de S.
Por otro lado, este mueble era obligatorio en los salones franceses de la alta sociedad a la hora de entretener a los invitados, muy aficionados al chisme. Se dice que incluso el propio Napoleón Bonaparte instaba a sus ministros a utilizarlas, para relacionarse con los súbditos.
No solo fueron su nombre y su funcionalidad los que variaron a lo largo del tiempo. Su estructura también fue modificada. En principio, se añadió un asiento extra, sin abandonar su forma serpentina, para darle lugar a un tercero que debería supervisar a las jóvenes parejas, convirtiéndose de esta forma en el sillón del “acompañante” o “indiscreto”. Posteriormente, fue incluido un cuarto asiento, para invitar a las madres tanto a supervisar como a reunirse junto a la pareja, lo que dio como resultado un asiento con forma de hélice.
Con todas sus características, no es extraño que con el paso del tiempo se haya convertido en una pieza exótica, que muchos artistas han reversionado. El propio Salvador Dalí creó su propio Sillón de la Conversación en 1930.
De esta forma, el Sillón de la Conversación ha sido una parte fundamental para la sociedad occidental durante el siglo XIX, convirtiéndose en una pieza histórica importante tanto para museos y anticuarios como para los amantes de la decoración de estilo francés.